De ruta por Madrid (II). De la calle Desengaño al Congreso y los bocatas de calamares de la plaza Mayor

De la calle Desengaño al Congreso y los bocatas de calamares de la plaza Mayor

Bajando Valverde se deja Malasaña y se llega a la Gran Vía. Valverde no tiene nada de especial, aunque me llama la atención una tienda del Burlesque que vende todo lo necesario para ser en una auténtica “Priscilla”.

Cartel de la calle del Desengaño de Madrid

Cincuenta metros antes de la Gran Vía, a la derecha, está la calle Desengaño. Cuenta la leyenda que tomó el nombre de un suceso anómalo relacionado con un antiguo duelo. Hoy, y desde hace décadas, es oficina de mujeres de la vida y travestidos que hace tiempo dejaron los 50. La calle también ha tenido residentes ilustres como el héroe José Martí (de quien queda placa) o el mismísimo Goya. Yo sin embargo pienso en Sabina, aunque no sea esta su calle Melancolía, que hace esquina con Tirso de Molina. Quizá sea la resaca de haber pasado por Malasaña y su pasado lo que hace que piense en él. Y eso que no he pedido “en el bar de mis pecados otra copa de ron”.

Choca el rótulo de Desengaño con sus cámaras de seguridad, pero más aún su actividad con el templo del número 26. San Martín de Tous. Entro por curiosidad y me topo con los restos de una niña del Opus a quien quieren canonizar. Leo su corta biografía en un papelillo junto al sarcófago y salgo. Fuera las putas me miran mientras tomo fotografías y dejamos “este valle de fábricas de tristeza” para entrar en la elegante Gran Vía. Una belleza para la que tuvieron que demoler a comienzos del siglo XX medio viejo Madrid. Da gusto pasear mirando sus edificios, sus cines… han inspirado incluso a pintores como Eugenio López Berrón para dar vida a decenas de lienzos, así como a muchos directores para rodar películas.

Cuadro de la Gran Vía de López Berrón

Gran Via

Gran Via ed. Fotografiarse frente al  Carrión, el del luminoso de schwepps y el cine Capitol, “donde se encerraron 50 o 60 señoritos, con armas y municiones, dispuestos a aguantar hasta que llegase el general Mola” en el alzamiento del 36. “Los anarquistas volaron las puertas con dinamita y subiendo por las escaleras, se enredaron en una salvaje lucha, hasta acabar con los facciosos” (texto de Miguel Gómez Andrea, de su libro “Mil días de resistencia. Asedio y defensa de Madrid 1936-1939”). Continúa leyendo «De ruta por Madrid (II). De la calle Desengaño al Congreso y los bocatas de calamares de la plaza Mayor»

De Ruta por Madrid

España Cañí

Vivir en Madrid hace que uno se olvide de mirarlo. Al menos en mi caso, nunca paseé contemplando y descubriendo sus edificios singulares, la estética de sus antiguas tabernas, ni me interesé por la historia de sus rincones mientras fue mi hogar. Es ahora, cuando mi estancia en la ciudad se limita a vacaciones de Navidad y paradas de paso, cuando me convierto en turista, en visitante ávida de verlo todo. Para ello esta ciudad, la más bonita del mundo (sí, es cierto que muchas me quedan por ver), ofrece un sinfín de opciones. Desde el dejarse llevar repostando fuerzas a base de churros, cervezas y tapas, como hice la primera semana de 2013 con mi familia, o a través de  rutas, que merecen la pena para todos. Éstas las ofertan tanto Ayuntamiento de Madrid (han de reservarse con antelación y cuestan unos 6 euros por cabeza), como personas y empresas. Aquí dejo el link de un profesor madrileño que las organiza: Caminando por Madrid. También se puede ir con la ayuda de guías o libros. Recomiendo uno: “Madrid Oculto” (de Marco y Peter Besas), perla encontrada sin proponerlo en una tienda muy interesante del barrio de las letras, en la calle Huertas 47 (su único problema es que no aceptan tarjetas).

 De los baúles del bisabuelo Julio a Malasaña

(De ruta por Madrid I)

Parada de Argüelles

El primer jueves de 2013 partimos desde Argüelles para redescubrir Madrid en una ruta a pie que nos llevó por todo el centro y que se alargó desde la mañana a la tarde. Empezamos a buen ritmo por la calle Rodríguez San Pedro, pasando por un edificio que vi antes un millón de veces sin que me llamara la atención y que resulta que fue un modelo arquitectónico en la década de los 60. Se trata de la Casa de las Flores, un bloque de viviendas diseñado por Secundino Zuazo Ugalde (como cuenta la Wikipedia), cuya mayor particularidad, además de la estética exterior y el patio interior, es que fue casa de Pablo Neruda los dos años previos al estallido de la Guerra Civil española.Casa de las Flores, Madrid

Logo Baúles Julio Portolés

Continuamos hacia la calle Princesa para transportarnos, a través de los recuerdos de mi padre, al glamour de otros tiempos… Continúa leyendo «De Ruta por Madrid»