Sus 35 años como residencia del dictador le restan atractivo como lugar turístico, pero fue construido por orden de Carlos I, inspirado en el pabellón de caza que tenía Enrique III, y contiene más tapices españoles que cualquier otro lugar del patrimonio nacional.
Por eso y por un reportaje sobre el palacio de El País Semanal nos sumamos a las pocas visitas que recibe (comparadas con otros monumentos de Madrid). Tras ello supimos por qué la gente no lo recomienda. Es interesante su historia monárquico e incluso franquista, pero la sombra represora está presente enfundada en guardia de seguridad (no militar sino privada), que no trata bien al turista, aparte de que la visita casi termina dentro del WC setentero de Franco.
Hubo un tiempo en que la noche era sinónimo de amanecer, de risas, de amigos. Hoy la noche es invierno pese a estar en un lugar donde siempre lleva alguien sandalias. Es invierno porque al caer el sol, la gente se va a casa, se esconde… No deja de tener su gracia teniendo en cuenta que vine huyendo del invierno, del «mørketid», de la «estación oscura». Disfrutando de un anochecer en la playa vuelven sin embargo los mejores recuerdos de aquella negrura literal y, aunque no me mudaría, mañana mismo volaría hacia Longyearbyen para ver, una vez más, una aurora … Continúa leyendo Al Mørketid por una aurora boreal (Svalbard en invierno)
Ayer lo pasé bomba. Siendo domingo hice acopio de fuerza de voluntad y me levanté a las ocho de la mañana para participar en la primera salida de «Diverdía», una ruta organizada por el el Ayuntamiento de l’Alfàs del Pi y el Parque Natural de la Serra Gelada (ubicado entre esa población, Altea y Benidorm). Continúa leyendo «Domingo sobre un Catamarán por Serra Gelada»
De la Ley de Tapas de Alfonso el Sabio y otras cosas del viejo Madrid
Durante años los estudiantes de los institutos de Secundaria de Madrid celebraban “el día de las pellas” en la plaza Mayor. Se hacía el viernes previo a las vacaciones de Navidad, antes de montar los puestos con artículos navideños y sellos. La plaza y sus alrededores se atestaban de adolescentes algo ebrios con muchas ganas de diversión. Hacían “guerras” armados con sprays de colores y de espuma que les dejaban pringosos para todo el día. Poco a poco, los policías empezaron a requisarlos, sobre todo después del año en que los huevos del caballo de Felipe III aparecieron tuneados de rosa fucsia. La policía empezó a acordonar los accesos, cacheando a quienes entraban, ahuyentando borrachos… Hasta que “el día de las pellas” se convirtió en algo del pasado. Fui testigo de su fin con una amiga. Ambas prometimos no faltar nunca a la cita así tuviéramos cien años, pero abandonamos cuanto con 21 vimos la plaza vacía. Brindamos con sangría por los buenos ratos en el “Mesón de la Tortilla” de la la Cava de San Miguel y no regresamos.
Este enero de 2013 entro con mi familia en la taberna de abajo, el “Rincón de la Cava”. Me leen el pensamiento y con las 4 cañas ponen de tapas unos pinchos de rica tortilla de patata. Por cierto, que siempre pensé que las tapas se idearon antaño para evitar que las moscas cayeran en el vino y según me ilustra mi libro, vienen de una ley de Alfonso el Sabio, quien su sabiduría, impuso en toda Castilla la prohibición de servir bebidas alcohólicas sin ir acompañadas, gratuitamente, de pequeñas porciones de comida (una medida que él mismo se aplicó por consejo de su médico y que le mejoró la salud). Fue una gran ley para lo pobres agricultores y es la explicación de porqué con una cerveza te ponen un pincho y con una coca-cola unas olivas y gracias, algo que siempre me había preguntado. Continúa leyendo «De ruta por Madrid (fin)»
A 104 kilómetros de Madrid y a 250 de Valencia se encuentra el conjunto arqueológico más importante de la meseta, Segóbriga. No miento si digo que posiblemente haya pasado de largo más de un centenar de veces frente al cartel de la autovía que indica el yacimiento hasta que decidí parar y ver qué había tras él. Me topé con un parque arqueológico impresionante, con lo que fue una gran ciudad celtíbera y romana y con el apodado “Escorial” de la Mancha, el Monasterio de Uclés, parada obligada para los amantes del arte o los fans de la serie Águila Roja.
Escocia huele a cerveza, a hierba, a espadas, a piedra, a galletas, a mar y a whisky. Además tiene la luna más grande del mundo. Tuve tiempo de ver y oler todo eso porque viví allí un año. Por eso, cuando regresé de vacaciones una década después, intenté no solo verlo todo por primera vez con ojos de turista (muy diferentes a los de estudiante-camarera-limpia hoteles), sino enseñar esas esencias a mi compañero de viaje, a quien contagié las ganas de volver. Nuestro viaje fue entre final de agosto principio de septiembre y tuvo más días de sol de los que nunca había visto. Dicho esto, he de decir que también es un buen lugar para ir a pasar el año nuevo. El verde pasa a ser blanco, los edificios más grises y negros, hace un frío que pela y a las cuatro de la tarde es de noche, pero uno se olvida de todo eso si puede presenciar, el 29 de diciembre, la procesión de las antorchas, en la que cientos de escoceses con sus kilt (faldas) bajan desde el castillo por la Royal Mile. Es como un desfile de los clanes ancestrales…
Nuestro itinerario:
Día 1: Llegada a Edimburgo por la mañana. Visita al Castillo y recorrido por pubs de la Royal Mile
Día 2: Recogida de coche de alquiler. Viaje a las Tierras Altas. Paradas en: Castillo de Blacknees; mansión Callender House en Farlkirk (y búsqueda de la muralla roma,na de Antonino); Estatua de Robert de Bruce (Stirling); Monumento Nacional a Willilam Wallace y Castillo de Stirling; llegada al Bed&Breakfast cerca del Lago Ness.
Día 3: Batalla de Culloden; Castillo de Urquart (Lago Ness); Castillo de Elian Donan Castle; rumbo a Ballachulish para hacer noche, disfrutando del paisaje (Glenfinnan Viaduct).
Día 4: De las Tierras Altas a St.Andrews y noche en Edimburgo.
Día 5: Máximo partido al «Edinburgh Pass». Visitamos: Cámara Oscura, Gladstone’s Land, Writters’s Museum, casa de John Knox, Tour guiado sobre el lado oscuro de Edimburgo; visita a pubs curiosos.
Día 6: Edimburgo. Museo Público de Escocia (impresionante), Holyrood park y Athur’s Seat, Calton Hill, ruta guiada nocturna sobre historias de fantasmas y brujas.
Día 7: Perfecto para visitar capilla Rosslyn y Portobello…