A escasos 9 kilómetros de Alicante se encuentra la localidad de El Campello, y en ella el yacimiento arqueológico de “La Illeta”, una especie de apéndice peninsular por el que desde el lll milenio a.C. han pasado íberos y romanos, sin olvidar por su puesto a esos primeros habitantes de la Edad del Bronce. La illeta fue una alargada península que se adentraría en el Mediterráneo hasta la Edad Media, en la que un fuerte cataclismo la separaría de tierra, de ahí el nombre de illeta: en cuanto al apéndice “dels banyets”, se debe a que se pensaba que habían servido de baños a una reina mora.
Pero vayamos por partes. El acceso al yacimiento es fácil y el aparcamiento también, distando de este unos metros. La entrada cuesta 2 euros, existiendo la reducida (jubilados, estudiantes…1,20€) y la posibilidad de que sea guiada con un incremento de 1,50€ por persona. Otra posibilidad es adquirir la visita conjunta al MARQ (museo arqueológico de Alicante) y sus parques arqueológicos por un precio de 4€. Otra opción, que fue por la que nos decantamos nosotros, es adquirir la llamada “Tarjeta Amiga”, con la que puedes acceder al MARQ, la Illeta y Tossal de Manises (Lucentum) de manera gratuita durante 12 meses. Su precio 10€xper y alguna que otra ventaja más.
Una vez dentro, la visita se realiza con facilidad pues los diferentes paneles explicativos te facilitan la comprensión del yacimiento. Lo primero con lo que te topas es con la parte más antigua, su parte prehistórica, de ella podemos ver tumba, vivienda y cisterna. Los habitantes de La Illeta lo hacían en cabañas circulares u ovaladas habituales en el Calcolítico (Edad del Cobre, a caballo entre Neolítico y Edad del Bronce) y ya en la Edad de Bronce y más concretamente por la Cultura del Argar, se excavan en la roca dos grandes cisternas encontrándose alrededor de estas evidencias de enterramientos así como de vivienda. En estos enterramientos se han encontrado punzones y puñales de metal, brazaletes, pomos y botones de marfil y vasos de cerámica. Con la formación artificial del espigón, allá por 1942, se destruyó gran parte de la necrópolis prehistórica. La tumba que se observa data de hace unos 3.800 años y lo encontrado en ella se encuentra, lógicamente, expuesto en el MARQ, como todo lo demás. De la cabaña, de planta circular y de una sola estancia, se han obtenido útiles en sílex, restos de vasijas y dos contenedores de barro.
En cuanto a la cisterna, fue excavada parcialmente en la roca. Para conservar el agua debió de tener un techo. Data de unos 4.000 años y se han encontrado también restos de dos canalizaciones que llevaban el agua a su interior.
De la parte prehistórica se pasa a la ibérica. Continúa leyendo «La Illeta dels Banyets, ¿primera piscifactoría?»
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