
Hay libros que no llegan a uno por casualidad. Aguardan el momento idóneo para que te inspiren, para que te conmuevan, para no dejarte indiferente. Pueden no ser grandes bestsellers e incluso haber sido descartados editorial tras editorial… hasta que ven la luz gracias a la autopublicación. Es el caso de «El Viaje de Pau»
La novela llegó a mis manos hace cerca de un año. Llegó envuelta en emoción e ilusión, viajando sola de ciudad en ciudad gracias a los colaboradores a quienes la historia de su escritor nos caló pese a no conocerlo. En su periplo, el libro llegó a casa y lo llevé de turné por la comarca. Lo fotografié junto al casco antiguo de Villajoyosa, en El Paraíso, en un faro ubicado en un acantilado del Mediterráneo y entre souvenirs de Benidorm. Lo llevé de paseo pero, aunque me hacía reír, no pasé del tercer capítulo.
En cuanto empezó a ponerse serio lo dejé en la mesilla, relegado a momentos que no terminaban de llegar. He de reconocer también que hacía al menos un año que no leía un libro, limitándome a artículos de prensa, de blogs, el trabajo y a desconectar con la tele, de cervecitas… Eso sí, cada noche lo miraba antes de dormir.

Hasta que llegó el verano y con él las vacaciones. Entonces Pau cruzó el charco hasta Boston y después, llegó conmigo hasta la Sierra de Francia, hasta Montemayor. Supe entonces que no era yo, sino la novela, la que se hizo de esperar para que terminara leyendo su final frente a una montaña verde en un pueblecito sin wifi y casi sin cobertura.
Un lugar donde sentirse libre y dejarse llevar…
Después llegó la rutina y lo demás. No escribí al autor diciéndole hasta dónde viajó Pau ni lo que me encantó. Tampoco me paré a escribir aquí sobre él… hasta hoy. Alguien me ha preguntado por algún libro para regalar en Navidad y por el perfil del receptor he pensado en él. Es perfecto para amantes de la naturaleza, de los nuevos comienzos, de quienes se reinventan e incluso de quienes ya no necesitan hacerlo como Tony Montón… ops, ahora que lo menciono, tengo algo pendiente por leer…
¡Qué agradable sorpresa! Muchas gracias, Raquel, por haber encontrado el momento para dedicarle este precioso post a mi novela. La aventura del libro viajero fue mucho mejor de lo que había imaginado, sobre todo por saber que ha dejado esa huella tan bonita en quienes participasteis.
Me alegro de que te gustara la historia de Pau y compañía. Por cierto, ya que lo recomiendas, llevarse a Pau a casa esta Navidad tiene premio: http://benjaminrecacha.com/2014/12/06/esta-navidad-pau-se-paga-el-viaje/
¡Un abrazo!
Reblogueó esto en la recachay comentado:
Raquel fue una de las anfitrionas del libro viajero, el inolvidable recorrido que El viaje de Pau finalizó hace unas semanas después de haber estado viajando por España durante casi un año, conociendo rincones preciosos de la mano de gente estupenda.
Ahora Raquel me sorprende con este precioso relato en su interesantísimo blog sobre su experiencia con la novela, que no sabía que incluso la acompañó el verano pasado al otro lado del charco.
Muchas gracias por recomendarla. Recordad que si os lleváis a Pau a casa esta Navidad, él se paga el viaje y llega acompañado de sorpresas… 😉