Protagonista este año de la salida de la penúltima etapa de la Vuelta Ciclista, Benidorm demuestra que algunas fórmulas de promoción siguen vigentes más de medio siglo después de ser utilizadas. ¿Por qué? Porque desde el inicio el interés de Benidorm por la Vuelta fue más turístico que deportivo.
La historia se remonta a 1961, año en que por primera vez que los ciclistas terminaron una etapa en la villa, entrando a una velocidad media de 35 kilómetros y medio por hora tras recorrer unos 150 kilómetros desde Valencia. El primero en llegar a Benidorm fue el belga Van Meelen, arropado por sus compatriotas, dado que ya en aquella época la ciudad ya acogía a gran número de visitantes extranjeros.
No sólo los «forasteros» se agolparon para ver llegar a los corredores. La expectación generada con aquella experiencia provocó la llegada de miles de alicantinos del interior, de Alicante y de la costa para ver la llegada de «la Vuelta» a Benidorm, así como una masiva afluencia de medios de comunicación. Eso hizo que el visionario alcalde Pedro Zaragoza se marcara el objetivo de lograr que una de las salidas arrancara desde la localidad.
Lo consiguió tres años después, en 1964, y quienes lo vivieron en primera persona recuerdan que la gente del pueblo no salía de su asombro. «Don Pedro igual llenaba la ciudad de artistas para el festival de la Canción que de deportistas con la Vuelta a España y la XXIII Vuelta Ciclista a Levante», comenta Quico, fotógrafo que cubrió la efeméride.
Para que todo estuviera en condiciones, además del desembolso abonado a la organización, el Ayuntamiento invirtió en infraestructuras mejorando el asfalto de parte de la carretera a Sierra Helada y decoró el pueblo con 50.000 plantas.
A los 80 corredores que llegaron (30 españoles y 50 extranjeros) se unieron los 28 motoristas que retransmitían a ritmo de pedal la jornada, los cámaras, la caravana publicitaria, unas mil personas más vinculadas con la Vuelta y 70 periodistas llegados de toda Europa que convirtieron a Benidorm en una torre de Babel.
Para evitar el colapso en la retransmisión telefónica que solía producirse en las finales de etapa, en 1964 el Ayuntamiento de Benidorm medió para lograr una mayor cobertura, instalando la Central Automática de Teléfono sin tener que pasar por los operadores de Alicante, Elche y Alcoy como se hacía hasta entonces.
En la oficina de la Vuelta se instaló también el sistema «Unifax» para los periodistas, un gran avance que, junto a los demás medios, lograron que la retransmisión supusiera una promoción internacional como no había tenido Benidorm hasta entonces.
Aún así, Benidorm no volvió a acoger ningún inicio de etapa en los 70, aunque estuvo ligada a la Vuelta de un modo u otro varias veces hasta que, en 1987, por segunda vez en su historia Benidorm fue protagonista de otra etapa. Tras ésta, celebró en 1992 el Campeonato del Mundo de Ciclismo, y hubo de aguardar hasta 2011 para tener otro papel principal acogiendo la contrarreloj por equipos.
El capítulo final se ha escrito esta mañana con el Paseo de Levante como escenario de la salida de la vigésima etapa. Miles de vecinos, turistas y aficionados han acudido a animar al pelotón comandado por el Colombiano Nairo Quintana, que ha tenido el apoyo de los compatriotas residentes.
La salida, según han destacado desde el Ayuntamiento, ha podido ser vista a través de Teledeporte en más de 190 países, estando Benidorm presente en pantalla durante casi 20 minutos, mostrando en el recorrido lo más significativo de la ciudad. Y es que, las buenas fórmulas, no fallan 😉
Fotos antiguas de Quico (Benidorm) y del Cub Deportivo José María Jimenez El Chava de Ávila