
Este no es un blog reivindicativo. Este blog nació para hablar de buenos momentos, de viajes, de escapadas, de finales con final feliz. Pero a veces la realidad se impone. En Valencia «7 años y 2 meses han pasado desde que ocurrió el siniestro que cambió» muchas vidas. Que mató muchas vidas. Quienes las conocían y amaban lo recordaron ayer frente a la basílica de Nuestra Señora de los Desamparados, la que que está levantada sobre el foro de la Valentia Romana y que es visitada por los devotos para pedir imposibles.

Acudí con mi tía y mis primas para ver el templo y nos encontramos con la multitud silenciosa. Entré en el templo cuando empezaron a leer el manifiesto. «Aquí estamos otra vez, con las pilas cargadas para seguir denunciando que el accidente se podía haber evitado si la Línea 1 hubiese tenido las mismas medidas de seguridad que las otras Líneas, y las personas que no pusieron esas medidas de seguridad que hubiesen evitado el exceso de velocidad, son las responsables de que se produjera el descarrilo del tren, y la muerte de 43 personas y 47 heridos…».
Al salir de ver a la «Madre de los Desamparados», los desamparados habían empezado ya su minuto de silencio. Algo apartadas, mi prima de 13 años me preguntó por qué lo hacían. Por qué estaban allí. Respondí y preguntó de nuevo: «¿Por qué siguen manifestándose si no consiguen nada?»

Nuevo Apunte: Apenas 14 días después de aquella concentración, los familiares y amigos recibieron la noticia de que la juez rechazaba abrir la causa.
lamentablemente es una pregunta que tiene difícil respuesta!!!
La única respuesta posible está en la foto: «43 muertos, 47 heridos, 0 responsables»
Si no siguieran manifestándose seguro que no conseguirían nada. De momento, y en buena parte gracias al programa que ‘Salvados’ dedicó al accidente, ya han logrado que el caso se reabra. ¿Cuántas cosas no se habrían conseguido de no ser por la tenacidad, la insistencia, y el no decaer ante la falta de resultados inmediatos? Lamentablemente, muchas de esas cosas se las están cargando de un plumazo y nos toca volver a salir a la calle para reclamarlas tanto como sea necesario. Saludos.
Lo malo es que algunos no se enteran de que ellos si son parte de la mal llamada «mayoría silenciosa»