Que el mundo de los videojuegos se ha instalado en nuestras vidas no es nada nuevo. Encontramos infinidad de posibilidades de juego en una cantidad ingente de plataformas o dispositivos, hasta el punto de que incluso, desde hace ya unos años, han traspasado las fronteras de su territorio hasta presentarse ante nosotros en otras formas de vida como puedan ser películas (Commando, Tom Raider, Max Payne, Resident Evil y un largo etc), bandas sonoras, canciones en el olvido y que gracias a videojuegos vuelven a la luz y porque no, libros, juguetes e incluso planear unas vacaciones por algún videojuego. La verdad es que no es nuestro caso, pero aunque lo pueda parecer, han sido casualidades o descubrimientos a posteriori lo que nos ha acontecido.
Videojuegos hay, como comentábamos antes, infinidad, pero hoy os vamos a hablar de una serie que, temática al margen y tras haber visitado sus localizaciones, nos devuelve a esas calles, nos hace recordar nuestras visitas por las mismas e incluso, rememorar situaciones, conversaciones vividas en esos enclaves, etc. Se trata de la serie Assassin´s Creed.
En su primera aventura encarnamos a Altaïr un joven reclutado por una sociedad secreta conocida como los Assassins que buscan, entre otras cosas, mantener un equilibrio en el mundo y acabar con los Templarios, todo sea dicho de paso. Pero como os decíamos, temática al margen, nosotros nos quedamos con las localizaciones y en este primer episodio más que nada con las ganas de poder visitar las diferentes ciudades en las que discurre la aventura. Desde Damasco, Alepo, Jerusalén, Acre hasta su Masyaf natal, son recreadas como eran en la Edad Media y encaramarte a lo alto de minaretes de mezquitas o campanarios de iglesias y poder contemplar las ciudades desde las alturas es realmente un regalo. En ninguna hemos estado y dada la situación bélica que vive la zona dudamos no solo poder ir sino incluso que en el supuesto caso de ir, algo de lo que en un pasado fue, quede en pie.
En la segunda entrega de la saga nos convertimos en Ezio Auditore, joven florentino y nos encontramos en pleno Renacimiento italiano. La historia discurre en su inicio en la bella Florencia y si, aquí si hemos estado y la verdad es que es tremendamente espectacular recorrer esas mismas calles que has pisado, ver esos edificios en los que has estado, incluso el realizar alguno de los recorridos que has hecho. Subir al campanile y observar todo el Duomo, el Palazzo de la Signoria, la galería de los Ufizzi, el Ponte Vecchio, la capilla de los Medici o encontrarte con el propio Leonardo da Vinci es simplemente genial.
Tras Florencia llegamos a Venecia (ciudad visitada en el crucero) y verla desde la Torre de San Marcos, como ya hiciésemos en nuestra visita, también es algo “impagable”. Canales, callejas perdidas donde realizamos compras, ver el Puente de Rialto en construcción, son otro de los puntos fuertes del juego. Ezio sigue su camino acabando con los Templarios y se plantará en la “ciudad eterna”, la imperial Roma. Un Colosseo en ruinas y un fuertemente custodiado Castello di Sant´Angello serán algunos de los imponentes edificios que se podrán ver, amén del consiguiente paseo por las milenarias calles en busca de aventuras y desventuras.
Al igual que la serie, nosotros continuamos viaje un par de años después y decidimos embarcarnos hacia el Nuevo Mundo, más concretamente volamos hacia Boston, ciudad donde se desarrolla el tercer capítulo de esta serie de videojuegos. En Assassin´s Creed 3 encarnamos el papel de Haytham Kenway, quien tras perpetrar un asesinato en Londres, viaja a Boston para seguir con sus planes. La guerra contra los templarios se traslada ahora a la colonia inglesa prerevolución, la Boston en la que aparte de conocer a Benjamin Franklin, George Whasington, Paul Revere (el de la célebre cabalgada nocturna) tomaremos parte en el famosísimo “motín del Te”. Pero, temática aparte, el juego nos ha llevado a los paseos que este verano hemos dado por ese nuevo mundo, gracias a la fidelidad con la que ha recreado edificios como el Faneuil Hall, la Old State House, la Old North Church y un larguísimo. De hecho no hay nada como intentar recorrer, en los ratos libres que permite el juego, la “Freedom Trail”, eso sí, fácil no va a ser pues, lógicamente, los ladrillos rojos que nos encontramos aún no estaban colocados…
Así, incluso sin haber avanzado mucho en el juego, os aseguramos que la emoción por poder recordar nuestro viaje está siendo indescriptible: Buscar el hotel en el que estuvimos, la casa de Paul Revere, la taberna “The Bell in Hand” (la más antigua) y un sinfín de edificios vistos… en definitiva otra experiencia extraordinaria.
Por cierto, en la cuarta entrega de la saga, el personaje desarrollará sus días entre La Habana, Kingston y Nassau. ¿Prepararemos el verano próximo nuestras maletas para visitar alguna de esas ciudades?