Venecia fue la primera ciudad que visitamos con el Crucero. Era lunes cuando nos pegamos el madrugón a fin de coger un taxi a las 6.50 horas que nos llevara al aeropuerto de Barajas (Madrid), donde se supone que había que estar 3 horas antes del vuelo a Venecia. Al llegar, comprobamos que éramos los únicos pardillos que estábamos a la hora, a la que por cierto no estaba abierta ni la puerta de embarque. Esperamos al menos 40 minutos hasta que tocó nuestro turno en la cola de facturación de las ventanillas comunes para las low-cost donde Pullmantur embarcaba al pasaje.
En un avión enorme llegamos sin incidentes a Venecia, donde en autobús nos trasladaron al puerto. Allí, cada uno con sus bártulos, pasamos con los pasaportes la aduana para acceder al barco. En él, tras dejar las maletas en la recepción, cuando recogimos las llaves del camarote, nos olvidamos de bultos para los restantes 8 días.
El barco era una pasada. Los hay más grandes, más modernos y seguramente más bonitos, pero nuestro Zenit era el primer gran crucero en el que viajábamos y nos dejó sin habla. No tenía nada que ver con el barco en el que años antes realicé el crucero por el Ártico. Este tenía un montón de plantas que hicieron que se nos pusieran prietas las piernas de subir y bajar escaleras durante la travesía (hay ascensores, pero hay que esperar tanto para acceder a ellos que uno tarda menos a pie).
Dentro lo primero que te dan son las instrucciones. Te explican que si se desean realizar excursiones en los puertos de Venecia y Dubrovnik, hay que reservarlas ese mismo día en el “mostrador de excursiones del crucero”, donde entregan los tickets. Allí no se paga, sino que lo van descontando de una cantidad depositada previamente en recepción (donde tus euros pasaban a convertirse en dólares, ya que estas empresas están afincadas en paraísos fiscales de América y no operan en su interior con euros).
Te indican los horarios de los restaurantes, de los bares (muy numerosos), de la tienda en donde se vende tabaco libre de impuestos, de las actuaciones en vivo, y por supuesto del horario de la oficina de excursiones. Nosotros pasamos para reservar la primera, que sería “Venecia a tu aire” al día siguiente.
Me encanta la ilusión que pones al narrarlo, se ve que lo pasasteis estupendamente. Nunca he hecho un crucero, pero tal como lo cuentas, dan ganas de hacerlo !!!