Todo museo de Ciencias Naturales que se precie impresiona, sobre todo si tiene solera. Ver inmensos huesos de dinosaurios e incluso animales salvajes disecados en las urnas quitar el hipo cuando uno es niño. Pues bien, el Museo de Ciencias Naturales de Viena consigue tal efecto también en adultos. Inaugurado en 1889, al entrar parece un palacio. Enormes frescos en las paredes y escalinata de corte imperial no hacen imaginar que en sus salas, amplias e innumerables, se suceda la historia de nuestro mundo. Tampoco, por su antigüedad, uno espera encontrar entre piezas antiguas dispositivos tecnológicos que facilitan mejor la comprensión del entorno natural y de cómo ha influido el hombre en su hábitat.
Nada más subir la escalinata recibe al visitante un gigantesco alce disecado. Tras él llegan las salas que explican cómo se ha formado el universo. A través de minerales -incluido el carbón más antiguo- y meteoritos se aprende por ejemplo que el agua se formó por cometas de hielo que impactaron en la Tierra hace 2 billones de años, que muchos meteoritos pesan el triple de lo que pesa una roca terrestre de similar tamaño, y de la importancia de la mujer en el mundo antiguo para procrear, con la diminuta Venus de Willendorf, o cómo ha llegado a bajar el nivel del mar a lo largo de los siglos, dejando ciudades en medio de desiertos cuando originalmente estaban junto al mar Negro. Del hombre, arranca con el hommo sapiens (junto al que se puede pasear con elementos interactivos y en el que te puedes transformar a través de un programa informático. En cuanto a la sala de los dinosaurios, la expectación está servida con una fabulosa maqueta viviente digna de la peli Jurasic Park.
Pero sin duda, lo que nos dejó con mejor sabor de boca fue el final. Tras la sucesión de leones, jirafas, cetáceos, pajaros, pece, insectos, oso polar, monos y demás animales disecados, llegó la exposición: Global Warning.
El calentamiento global acelerado por el hombre junto con los cálculos de las especies desaparecidas por él deja sin palabras. En enormes paneles ves la gravedad de algunas y con un carrito de la compra, llena de productos elaborados con aceite de palma, te muestran de qué forma inconsciente tu colaboras en la aniquilación de las especies consumiendo productos elaborados con un ingrediente que, para lograrlo, arrasa selvas para su cultivo. Antes de despedirnos de este fabuloso museo que nos maravilló durante tres horas hicimos nuestros propósitos, introduciendo corchos en unos tubos muy didácticos…
HORARIOS Y PRECIO DE LAS ENTRADAS:
Abre todos los días menos los martes, de 9 a 18.30 horas. El precio de adulto es 10 euros y para niños y adolescentes hasta 19 años es gratis.
Increíble museo, me encantaría visitarlo. Por cierto, gran blog.
Felicitaciones.
Muchas gracias Martin. El tuyo también está muy chulo. 🙂
Muchísimas gracias Martín. Saludos!