Terra Natura Benidorm: animales y parque de tirolinas con zona de pic-nic para toda la familia

Una buena opción para pasar un día de especial en familia es visitar el parque Terra Natura de Benidorm. Nosotros lo hemos hecho aprovechando una oferta de una  plataforma on line que ofrecía el pase de día a mitad de … Continúa leyendo Terra Natura Benidorm: animales y parque de tirolinas con zona de pic-nic para toda la familia

De Romería de San Isidro Labrador por Benidorm

  Por el paseo de la Playa de Levante, entre rascacielos, por la avenida Ametlla del Mar del Rincón de Loix, por la vieja carretera que une la ciudad con El Albir… Por la cosmopolita Benidorm han partido en romería centenares de personas reivindicando su pasado huertano en la tradicional Romería que se organiza, cada mayo, el domingo más próximo a la festividad de San Isidro labrador. La «Meca» vacacional de muchos madrileños festeja así también el día del patrón de Madrid y lo hace desde los años 60, después de que una madrileña donara la talla de San Isidro … Continúa leyendo De Romería de San Isidro Labrador por Benidorm

Ruta de Torres Vigías del siglo XVI en Benidorm

torrecaletes
Torre Bombarda, única por su forma circular.

En Benidorm podemos seguir la pista de los vigilantes de la costa del siglo XVI. En su parque natural de Sierra Helada están las torres Bombarda, de l’Albir y Les Caletes, y su seguimiento puede continuarse de norte a sur por todo el litoral mediterráneo, teniendo su parada más inmediata en Villajoyosa, con su torre del Aguiló.
La sucesión de torres vigías fue un entramado defensivo montado por Felipe II para defender su imperio. Aunque ya existían antes, con este rey se perfeccionaron para formar parte de una geoestrategia que buscaba dominar el mundo, diseñadas tanto para defender como contraatacar. En estas torres solían dos hombres a pie y dos a caballo (llamados «atajadores») que se encargaban de la vigilancia y la transmisión de alertas al resto de torres y castillos por medio de fogatas, y distaban entre ellas unos 6 km una de otra.
En la zona norte más inmediata a Benidorm está la Torre Bombarda. Podemos acceder a ella cruzando a pie Sierra Helada o -mucho más cómodo- iniciando la marcha en la entrada del camino que conduce al faro del Albir (l’Alfàs del Pi), donde hay parking y aseos.
En menos de una hora de tranquilo paseo entre arbolado y panorámicas fantásticas se llega al citado faro. A su izquierda está la base de una estructura antigua, la piramidal de la torre Bombarda, cuya función era vigilar ante piratas argelinos y corsarios (la diferencia entre ambos está en que los segundos tenían la patente de corso para robar a quien viniera en gana con veloces barcos llamados ‘fustas’). La expresión «ver moros en la costa» viene, precisamente, de los vigilantes de estas torres.
Desde la torre Bombarda hay más o menos una legua hasta la torre Les Caletes de Benidorm. Podemos hacerla a pie o regresar en coche a Benidorm y dejar esa ruta para otra salida.
La torre de Benidorm se llamaba «de les Caletes» desde ella se divisan los acantilados donde se escondían los piratas argelinos que llegaban a hacer sus «razias» (ataques por sorpresa a poblaciones «infieles»). A diferencia de la Bombarda y de la del Aguiló en Villajoyosa, la de Benidorm es circular. En ella existe un cañón de hierro, 3 balas de artillería de calibre del 7 y del 12 y una cureña de campaña.
El acceso a la torre, desde Benidorm, también es fácil. Transita por una antigua carretera de la Sierra Helada, junto a bellos acantilados, y está bien marcada.
La siguiente parada defensiva, hacia el sur, está en el Mirador de Benidorm. Hoy su balaustrada blanca no hace sospechar que en aquella punta saliente, llamada El Canfali, se dispuso de una pequeña población con intenciones defensivas. Sólo unos cañones, en medio de su turística plazoleta, sugieren que hubo una vez allí un castillo… aunque en realidad era más bien un fortín. Continúa leyendo «Ruta de Torres Vigías del siglo XVI en Benidorm»

Transeúntes en Benidorm: viviendo como un pájaro

vagabundo

Cuando le vi me llamó la atención. Sus manos estaban hinchadas y desgastadas, quemadas de tanto sol e intemperie. Con ellas trazaba unas líneas perfectas, con un lápiz de punta muy fina, creando grandes barcos sobre una lámina tan impoluta como sus zapatos nuevos. Su barba, sin embargo, era gris y algo anárquica. Bajo ella y unas gafas con las molduras pegadas con papel de celo estaba su rostro, oculto también tras una visera llena de restos de mil calles.

Era enero y llevaba viviendo en la calle, en Benidorm, desde hacía dos meses. Pero no era un vagabundo recién llegado a la intemperie. Era un transeúnte. Había dejado su fría residencia habitual, en una lejana ciudad de Francia, para venir a pasar el largo invierno al sur. Así me enteré de que hay personas que son como aves. Que por las circunstancias de la vida, terminan años migrando de norte a sur en busca de alimento y calor.

La conversación me caló por su historia, que remató con un: «No creí que podría pasarme a mi y aquí estoy, le puede pasar a cualquiera en una crisis…»; y me dejó sorprendida por la «ordenada» vida que me contó de los «sin techo» errantes. Así que tras despedirme, quedé la siguiente semana con el equipo de Cruz Roja Benidorm, que me confirmó que no sólo es una práctica generalizada la vida del transeúnte, sino que Benidorm es un «destino» para muchos, tanto de Europa como de Madrid o ciudades con menos actividad.

Según contó Yolanda, la trabajadora social que trabaja con ellos, llegan tras agotar todas las ayudas en su ciudad de origen. Muchos piensan que quizá en la urbe del Turismo encontrarán una oportunidad. «Lo dejan todo y llegan con lo justo para un mes, cuando no encuentran nada se quedan en la calle, y al final, a algunos, les tenemos que ayudar a comprar un billete de autobús para regresar a sus ciudades». Llegan incluso matrimonios, dejando a los niños con los abuelos en su municipio natal, para encontrar un nuevo comienzo en Benidorm, una de las ciudades donde más feliz se vive, según las estadísticas de cierta aplicación.

Gracias a la informatización del sistema, los voluntarios tienen acceso a los cuadernos de bitácora de esas almas sin techo. Ven que han estado en la Cruz Roja de Madrid, de Murcia, de Alicante (donde hay albergue), de Villena… «Poca gente vive permanentemente en la calle en Benidorm, la mayoría llega de paso y luego se marcha». Continúa leyendo «Transeúntes en Benidorm: viviendo como un pájaro»

Festival de Arte urbano: «Benidorm Cypher»

Foto oe David Revenga
Foto de David Revenga

Hace falta creatividad, pero sin técnica se queda a medias y no llega a destacar. Hacen falta ganas de calle, pero también un cuerpo sano que se soporte en un brazo a ritmo de Break Dance. Hace falta ser rebelde, pero ordenado para obligarse a una rutina que permita entrenar e ir a más. Estos son, entre otros, los valores de la cultura Hip Hop, un movimiento que aúna a graffiteros, cantantes y bailarines y que el sábado 29 de noviembre podía conocerse de primera mano en un festival de arte urbano celebrado en Benidorm.

El evento, denominado «Benidorm Cypher» fue organizado en plena plaza del ayuntamiento. En él, mientras ágiles jóvenes -y treintañeros- le daban al Break Dance, graffiteros «muralistas» convertían un camión de la basura y contenedores de reciclaje en auténticos estallidos de color.

Dos de ellos pertenecían al grupo «Graffanatics». Encargados del lado derecho del camión. Esperaban hacerlo atractivo con un arcoiris de spray y una obra ilustrada con letras y un enorme monigote. Nels, nombre artístico del más veterano, imparte talleres de graffitis a chavales, algo que el Ayuntamiento de Benidorm ha anunciado que hará en breve. Según defiende, enseñar a un joven desorientado a hacer graffitis no es inducirle al vandalismo sino que le motivas a aprender a expresarse, a hacer que su creatividad, bien conducida, le ofrezca una forma de vida.

Hoy día el arte urbano se ha convertido en un oficio. En algunas zonas de Madrid (Chueca y Malasaña) los comerciantes apostaron por los graffiteros para terminar con las firmas cutres que ciertos principiantes iban dejando como sello donde no debían, contratándolos para decorar las persianas y fachadas de sus locales. En Alcoy el Ayuntamiento promueve este arte, como lo comentaba Folk, quien explicaba que, en parte gracias a la Escuela de Arte, la gente aprecia más el graffiti con la exposición de bocetos en propiedades municipales. «En Alcoy podemos pedir al Ayuntamiento permiso para pintar en lugares públicos como parkings o paredes».
Su obra también puede verse en exposiciones y en las persianas de muchos locales. Continúa leyendo «Festival de Arte urbano: «Benidorm Cypher»»

Del festival…

Éramos jóvenes. Con canas, arrugas y calvos  pero jóvenes. Sobre la arena del coso del concierto de todos los conciertos que no pudimos ver. Con el corazón golpeando el tórax a ritmo del altavoz y nuestra voz elevándose alto, más alto, tan alto que se quebraba. Sobre el escenario pasaron nuestras noches. Nuestros amores, desamores, nuestras risas. Nuestros LPs con muchas más canas, arrugas y calvas que nosotros. Éramos jóvenes. Jóvenes para bailar y reir y zampar un enorme bocadillo de panceta salchicha y morcilla para llegar hasta el final. Éramos lo que fuimos y todos sonreímos por volvernos a ver.   </ … Continúa leyendo Del festival…

Un festival que será la leche: El Iberia Festival (Benidorm)

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La primera vez que fui a un concierto en directo tenía 14 años. Fue en las fiestas patronales de Collado Villalba y tocaba un Pingüino en mi ascensor. Me lo pasé tan bomba con aquella música tan divertida que el siguiente concierto al que fui fueron los Toreros Muertos con su incombustible Pablo Carbonell.

Por entonces era también seguidora de los Hombres G, aunque no tan súper fan como para participar de extra en sus pelis, como hicieron mis compas de EGB. Además, seguía fiel a Mecano, a quien descubrí con 12 años gracias a la canción “en tu fiesta me colé…” que se sabía –por su hermana mayor- otro compa de clase.

Después llegó la segunda adolescencia. De los 15 en adelante. Y yo ya era mayor. Me gustaba loquillo, fumaba los primeros pitillos y me enmoñaba con el “Cádillac solitario” y con el “Camino a Soria” de Gabinete Galicari.  La pasión platónica me llegó con Rafa de la Unión y el mar de pena en el que ahogar mis desamores con Los Secretos. Continúa leyendo «Un festival que será la leche: El Iberia Festival (Benidorm)»