
No tengo valor, me digo una vez más al llegar a este lugar recóndito de la Sierra de Francia. Pero las ganas de perderme y empezar a vivir una vida entre chopos larguísimos, montañas pobladas y río donde refrescarse en las tardes de verano, las ganas -decía- no se me quitan a cada paso.
Un año más llegamos para culminar las vacaciones, increíbles en el fabuloso Boston, y en menos de una hora me sentía como si hubiera llegado a casa. Y es que aunque antes de llegar piensas en todos los pueblos bonitos que hay para descubrir alrededor (Ciudad Rodrigo, Candelario, etc), la verdad es que se está tan bien al cobijo de sus montes y su castillo que las ganas de recorrer la comarca salamantina, por bella que sea, desaparecen.
Si el año pasado visitamos Salamanca, amén de iglesia y castillo de Montemayor, esta vez disfrutamos recorriendo sus veredas y disfrutando de la casita rehabilitada por mis padres, a la que contribuimos adquiriendo una barbacoa que usamos para hacer carnes, paellas, patatas y hasta patas de pulpo.
Fue la barbacoa lo único que nos movió de Montemayor. Fuimos en su busca un día a Béjar, de donde nos mandaron al lugar donde la encontramos: Hervás.
Este otro pueblo fue un gran descubrimiento. Aunque es mucho más grande que Montemayor (296 habitantes éste y Hervás más de cuatro mil), la villa conserva la arquitectura de antaño, tiene un interesante barrio judío, una antigua hospedería, la vieja estación reconvertida en albergue para amantes del cicloturismo…
Tiene también un restaurante precioso, delicioso y comprometido. Un sitio de los que no sueles ver. Tiene una comida excelente, el local es de lo más cuco y cuidado, los menús no bajan de los 20€, pero a la entrada, sin complejos, junto al horario había un cartel verde en defensa de la Educación Pública.
En su interior da la bienvenida una singular librería en la que puedes curiosear para adquirir el libro o CD que te plazca. Todos nuevos y todos tratan sobre la libertad.
Tras hojearlos, nos sentamos a deleitarnos con la comida y al irnos compramos un CD de un documental sobre cómo utilizó y se hizo fuerte Franco en Salamanca y la novela La maravillosa historia de Peter Schlemihl.
Lo dicho, un sitio para disfrutarlo por todas partes, llamado Sésamo, que al parecer regenta una pareja bien maja, según nos dijo el camarero que nos atendió.
Bonito pueblo Hervás. Entrañable y precioso Montemayor del Río, y un escrito que dan ganas de volver pronto !!!
Montemayor .no pertenece a la Sierra de francia .es de la Sierra De Bejar…Hervas pertenece a Caceres .no a Salamanca .