De Romería de San Isidro Labrador por Benidorm

  Por el paseo de la Playa de Levante, entre rascacielos, por la avenida Ametlla del Mar del Rincón de Loix, por la vieja carretera que une la ciudad con El Albir… Por la cosmopolita Benidorm han partido en romería centenares de personas reivindicando su pasado huertano en la tradicional Romería que se organiza, cada mayo, el domingo más próximo a la festividad de San Isidro labrador. La «Meca» vacacional de muchos madrileños festeja así también el día del patrón de Madrid y lo hace desde los años 60, después de que una madrileña donara la talla de San Isidro … Continúa leyendo De Romería de San Isidro Labrador por Benidorm

Souvenirs gastronómicos de Benidorm: tarta-vino-cerveza

Hay pocas ciudades donde los souvenirs aguanten tanto al alza como en Benidorm. En esta capital del turismo aún encuentras Sevillanas y ‘toritos’ -más para estante que para tele-, delantales, imanes, platitos y cucharitas y hasta esos tubillos de plástico que se colgaban en los 80 del cuello para meter el dinero y las llaves en la playa. A todos se suma, desde hace más de 30 años, la Tarta de Benidorm. Lo que no saben los turistas es que la tarta más famosa de la ciudad, esa de la que una vez se repartieron en Fitur hasta 10.000 raciones, no es fruto de la tradición … Continúa leyendo Souvenirs gastronómicos de Benidorm: tarta-vino-cerveza

Transeúntes en Benidorm: viviendo como un pájaro

vagabundo

Cuando le vi me llamó la atención. Sus manos estaban hinchadas y desgastadas, quemadas de tanto sol e intemperie. Con ellas trazaba unas líneas perfectas, con un lápiz de punta muy fina, creando grandes barcos sobre una lámina tan impoluta como sus zapatos nuevos. Su barba, sin embargo, era gris y algo anárquica. Bajo ella y unas gafas con las molduras pegadas con papel de celo estaba su rostro, oculto también tras una visera llena de restos de mil calles.

Era enero y llevaba viviendo en la calle, en Benidorm, desde hacía dos meses. Pero no era un vagabundo recién llegado a la intemperie. Era un transeúnte. Había dejado su fría residencia habitual, en una lejana ciudad de Francia, para venir a pasar el largo invierno al sur. Así me enteré de que hay personas que son como aves. Que por las circunstancias de la vida, terminan años migrando de norte a sur en busca de alimento y calor.

La conversación me caló por su historia, que remató con un: «No creí que podría pasarme a mi y aquí estoy, le puede pasar a cualquiera en una crisis…»; y me dejó sorprendida por la «ordenada» vida que me contó de los «sin techo» errantes. Así que tras despedirme, quedé la siguiente semana con el equipo de Cruz Roja Benidorm, que me confirmó que no sólo es una práctica generalizada la vida del transeúnte, sino que Benidorm es un «destino» para muchos, tanto de Europa como de Madrid o ciudades con menos actividad.

Según contó Yolanda, la trabajadora social que trabaja con ellos, llegan tras agotar todas las ayudas en su ciudad de origen. Muchos piensan que quizá en la urbe del Turismo encontrarán una oportunidad. «Lo dejan todo y llegan con lo justo para un mes, cuando no encuentran nada se quedan en la calle, y al final, a algunos, les tenemos que ayudar a comprar un billete de autobús para regresar a sus ciudades». Llegan incluso matrimonios, dejando a los niños con los abuelos en su municipio natal, para encontrar un nuevo comienzo en Benidorm, una de las ciudades donde más feliz se vive, según las estadísticas de cierta aplicación.

Gracias a la informatización del sistema, los voluntarios tienen acceso a los cuadernos de bitácora de esas almas sin techo. Ven que han estado en la Cruz Roja de Madrid, de Murcia, de Alicante (donde hay albergue), de Villena… «Poca gente vive permanentemente en la calle en Benidorm, la mayoría llega de paso y luego se marcha». Continúa leyendo «Transeúntes en Benidorm: viviendo como un pájaro»

Tachán… Y llegó el balance bloguero del año

Seguía pensando si clickaba o no en la biografía que Facebook hace gentilmente de tu vida durante el último año, cuando de pronto me he topado con un email de WordPress diciéndome que ya ha hecho lo propio con mi actividad bloguera. Teniendo en cuenta que llevo casi medio mes sin escribir una línea, me lo he tomado como una llamadita de atención y he decidido escribir mi propio balance. En cómputos exactos al parecer han sido 709 las imágenes subidas, pero ninguna corresponde a los post más leídos del año. Una pena, porque si he de ser sincera, las que más he disfrutado fotografiar … Continúa leyendo Tachán… Y llegó el balance bloguero del año

Una novela para perderse por los Pirineos: El Viaje de Pau

El Viaje de Pau en Montemayor del Río
El Viaje de Pau en Montemayor del Río

Hay libros que no llegan a uno por casualidad. Aguardan el momento idóneo para que te inspiren, para que te conmuevan, para no dejarte indiferente. Pueden no ser grandes bestsellers e incluso haber sido descartados editorial tras editorial… hasta que ven la luz gracias a la autopublicación. Es el caso de «El Viaje de Pau»

La novela llegó a mis manos hace cerca de un año. Llegó envuelta en emoción e ilusión, viajando sola de ciudad en ciudad gracias a los colaboradores a quienes la historia de su escritor nos caló pese a no conocerlo. En su periplo, el libro llegó a casa y lo llevé de turné por la comarca. Lo fotografié junto al casco antiguo de Villajoyosa, en El Paraíso, en un faro ubicado en un acantilado del Mediterráneo y entre souvenirs de Benidorm. Lo llevé de paseo pero, aunque me hacía reír, no pasé del tercer capítulo.

En cuanto empezó a ponerse serio lo dejé en la mesilla, relegado a momentos que no terminaban de llegar. He de reconocer también que hacía al menos un año que no leía un libro, limitándome a artículos de prensa, de blogs, el trabajo y a desconectar con la tele, de cervecitas… Eso sí, cada noche lo miraba antes de dormir.

En Cheers
En Cheers

Hasta que llegó el verano y con él las vacaciones. Entonces Pau cruzó el charco hasta Boston y después, llegó conmigo hasta la Sierra de Francia, hasta Montemayor. Supe entonces que no era yo, sino la novela, la que se hizo de esperar para que terminara leyendo su final frente a una montaña verde en un pueblecito sin wifi y casi sin cobertura.

Un lugar donde sentirse libre y dejarse llevar… Continúa leyendo «Una novela para perderse por los Pirineos: El Viaje de Pau»

Cómo pasa el tiempo… 2 años viajando a través del blog

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Han pasado dos años desde que puse en marcha el blog. Acostumbrada a hacerlo para otros, no tenía ni idea de cómo sería escribir de nuevo para mi de forma más o menos habitual. Una vez arranqué, narrar experiencias propias se convirtió en un entrenamiento que mantuvo mente  y pulsaciones «táctiles» en forma tras los recortes que esquilmaron de 5 a 2 días mi situación laboral.

Elegí la temática de los viajes por dos motivos. El prioritario fue la motivación.  Pensé -de capa caída- que me vendría bien recordar buenos momentos e imaginar venideros. Con esa idea desempolvé libretas, busqué archivos, rutas deseadas y «de Vacaciones y puentes» comenzó a andar.

En un par de semanas el ego se apuntó. Me hacía sentir fenomenal alcanzar 10 visitas diarias aunque sabía que quienes me leían eran familiares nada más. Pero es que aquel primer diciembre fue de lo más prolífico. En él surgieron los «artículos» más largos que he escrito desde que dejé la universidad, dedicando a algunos más tiempo que el propio viaje narrado, como ocurrió con el texto «inaugural»: Lisboa, Sintra y Cascais.

Mi querido Toni, padrino de mi hermano y autor de la acertada definición «jubileta viene de júbilo«, me dijo amablemente que metiera la tijera y me corté algo al contar el puente a Cartagena, Carthago Nova, pero días después el teclado se me fue y relaté el «viaje a Edimburgo y las Tierras Altas de Escocia » con tan ingente material que más que un «post» parecía un librillo contagiado del estilo Lonely Travel.

Pronto me di cuenta de que, narradas las últimas vacaciones, aunque tuviera más tiempo libre lo que no tenía era dinero para dedicarme a escribir y viajar, así que empecé a dosificar experiencias y a  recopilar información de lugares más al alcance que RomaBoston o el Polo Norte. Continúa leyendo «Cómo pasa el tiempo… 2 años viajando a través del blog»

Que 20 años no es nada… y la Tonky Blues Band

tonky de la peña

tonky de la peña

Cuando conocí a Tonky no éramos mayores.

Ni él, con sus primeras canas, lo era. Nos veíamos entre las mesas redondas del Café Populart de Madrid y otros garitos. Entre humo y whisky y grandes compañías.

Con Tonky tocaba el guapo Paul, del que quedó prendada para siempre -sin correspondencia- mi amiga Alicia. Con él descubrimos la voz desgarradora y negra del capella de Chicago a quien llamábamos «Zag Pratter» y el saxofón inolvidable del gentelman William Gibs.

Por entonces Tonky rondaría mis ahora 40 y nosotras la edad en la que todo era posible. Acudíamos a verles, de cuando en cuando, para escucharles y charlar tras el concierto -vete tú a saber de qué- fumando y bebiendo felices de la vida.

Podían pasar semanas o meses sin vernos y era como si nos hubiéramos visto el día anterior porque nosotras éramos unas grupis, ellos eran músicos y el tiempo no corría.

Después, me fui. Continúa leyendo «Que 20 años no es nada… y la Tonky Blues Band»

Viajes y videojuegos: Tras los pasos de Altaïr y sucesores

video juego boston assasins

palacio_señoriaQue el mundo de los videojuegos se ha instalado en nuestras vidas no es nada nuevo. Encontramos infinidad de posibilidades de juego en una cantidad ingente de plataformas o dispositivos, hasta el punto de que incluso, desde hace ya unos años, han traspasado las fronteras de su territorio hasta presentarse ante nosotros en otras formas de vida como puedan ser películas (Commando, Tom Raider, Max Payne, Resident Evil y un largo etc), bandas sonoras, canciones en el olvido y que gracias a videojuegos vuelven a la luz y porque no, libros, juguetes e incluso planear unas vacaciones por algún videojuego. La verdad es que no es nuestro caso, pero aunque lo pueda parecer, han sido casualidades o descubrimientos a posteriori lo que nos ha acontecido.

Videojuegos hay, como comentábamos antes, infinidad, pero hoy os vamos a hablar de una serie que, temática al margen y tras haber visitado sus localizaciones, nos devuelve a esas calles, nos hace recordar nuestras visitas por las mismas e incluso, rememorar situaciones, conversaciones vividas en esos enclaves, etc. Se trata de la serie Assassin´s Creed.

En su primera aventura encarnamos a Altaïr un joven reclutado por una sociedad secreta conocida como los Assassins que buscan, entre otras cosas, mantener un equilibrio en el mundo y acabar con los Templarios, todo sea dicho de paso. Pero como os decíamos, temática al margen, nosotros nos quedamos con las localizaciones y en este primer episodio más que nada con las ganas de poder visitar las diferentes ciudades en las que discurre la aventura. Desde Damasco, Alepo, Jerusalén, Acre hasta su Masyaf natal, son recreadas como eran en la Edad Media y encaramarte a lo alto de minaretes de mezquitas o campanarios de iglesias y poder contemplar las ciudades desde las alturas es realmente un regalo. En ninguna hemos estado y dada la situación bélica que vive la zona dudamos no solo poder ir sino incluso que en el supuesto caso de ir, algo de lo que en un pasado fue, quede en pie.assassins

En la segunda entrega de la saga nos convertimos en Ezio Auditore, joven florentino y nos encontramos en pleno Renacimiento italiano. Continúa leyendo «Viajes y videojuegos: Tras los pasos de Altaïr y sucesores»

Del festival…

Éramos jóvenes. Con canas, arrugas y calvos  pero jóvenes. Sobre la arena del coso del concierto de todos los conciertos que no pudimos ver. Con el corazón golpeando el tórax a ritmo del altavoz y nuestra voz elevándose alto, más alto, tan alto que se quebraba. Sobre el escenario pasaron nuestras noches. Nuestros amores, desamores, nuestras risas. Nuestros LPs con muchas más canas, arrugas y calvas que nosotros. Éramos jóvenes. Jóvenes para bailar y reir y zampar un enorme bocadillo de panceta salchicha y morcilla para llegar hasta el final. Éramos lo que fuimos y todos sonreímos por volvernos a ver.   </ … Continúa leyendo Del festival…

Un festival que será la leche: El Iberia Festival (Benidorm)

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La primera vez que fui a un concierto en directo tenía 14 años. Fue en las fiestas patronales de Collado Villalba y tocaba un Pingüino en mi ascensor. Me lo pasé tan bomba con aquella música tan divertida que el siguiente concierto al que fui fueron los Toreros Muertos con su incombustible Pablo Carbonell.

Por entonces era también seguidora de los Hombres G, aunque no tan súper fan como para participar de extra en sus pelis, como hicieron mis compas de EGB. Además, seguía fiel a Mecano, a quien descubrí con 12 años gracias a la canción “en tu fiesta me colé…” que se sabía –por su hermana mayor- otro compa de clase.

Después llegó la segunda adolescencia. De los 15 en adelante. Y yo ya era mayor. Me gustaba loquillo, fumaba los primeros pitillos y me enmoñaba con el “Cádillac solitario” y con el “Camino a Soria” de Gabinete Galicari.  La pasión platónica me llegó con Rafa de la Unión y el mar de pena en el que ahogar mis desamores con Los Secretos. Continúa leyendo «Un festival que será la leche: El Iberia Festival (Benidorm)»